BlackBerry 10, te echo de menos
Por cosas de la vida el otro día me puse a recordar con mi mejor amigo viejos dispositivos que habíamos usado y llegamos a las BlackBerry Z30. Un móvil que tuvimos a la vez, aunque siendo sinceros no ha sido el único caso. Un móvil que seguimos recordando después de tantos años. Un móvil cuyo sistema operativo, creo, nunca olvidaremos.
Personalmente lo primero que llegó a mis manos con algo parecido fue el BlackBerry PlayBook, un tablet que abandonaba el sistema operativo propio de la marca para utilizar lo que sería el germen de BlackBery 10 en muchísimos aspectos.
Después llegó a mis manos un Dev Alpha A. No es que BlackBerry lanzara una beta de BlackBerry 10, es que, conjuntamente, lanzó un dispositivo beta para desarrollar dicho sistema de forma medio pública. Algo bastante revolucionario y que juraría no haber visto en otras empresas.
Después llegó a mis manos una Z10, el primer dispositivo oficial y público con el nuevo BlackBerry 10. Al poco tiempo una BlackBerry Z30, que venía a ser una versión evolucionada de la Z10. A día de hoy sigo diciendo que es la relación perfecta entre tamaño del dispositivo y batería.
Finalmente llegó a mis manos una Q10, quizá el smartphone que más me ha gustado de todos los que he tenido. La pantalla era pequeña y cuadrada en una época multimedia, la batería duraba algo menos que en la Z30, tenía teclado físico… Pero era un terminal que tenías en la mano y no querías dejar de disfrutar creando cualquier tipo de texto en él.
El único que me quedó por probar fue BlackBerry Passport. Es una pequeña espina que tengo clavada. De hecho a día de hoy pego alguna vuelta por webs de compraventa a ver si encuentro alguna unidad en buen estado a buen precio. Se que no lo voy a usar más allá de una semana, pero me gustaría disfrutarlo en todo su esplendor
Pero, ¿qué tenía ese sistema de especial? Al fin y al cabo es una plataforma que murió, ¿no? Entonces no podría ser tan buena, ¿verdad? Pues voy a recopilar una serie de cosas que, a día de hoy, sigo echando de menos en muchos dispositivos. Nota: si has visto el análisis que hay un par de párrafos más arriba seguro que has visto bastantes de las cosas que voy a enseñar a partir de aquí.
El teclado
De lo primero que tengo que hablar es del teclado. No tengo la más mínima duda.
En mi caso mis primeros smartphone tenían teclados físicos. Cuando me compré el iPhone 3GS la verdad que el paso al táctil me costó. No es que no supiese escribir, pero no acababa de sentirme cómodo. Si a esto le unimos que mi móvil de trabajo no dejaba de ser una BlackBerry y que donde más escribía era la BlackBerry… Pues se podría decir que mi relación con los teclados táctiles no acababa de ser la óptima, aunque poco a poco fue mejorando.
Cuando BlackBerry dijo que su primer dispositivo con BlackBerry 10 sería completamente táctil yo no acababa de entenderlo. Parecía que me estaban fallando. Esa marca en la que confiaba ciegamente a la hora de elegir móvil de trabajo. ¿Cómo me podían hacer esto? Pero bueno, había que hacer el esfuerzo.
Sinceramente, desde el corazón: GRACIAS BLACKBERRY. Era una combinación de todo: poder escribir en varios idiomas al mismo tiempo, el sistema de lanzamiento de siguientes palabras, el aprendizaje del texto predicitivo a medida que lo usabas, el como iba aceptando-corrigiendo pequeños fallos de toque a la hora de escribir…
Cuando BlackBerry abandonó BlackBerry 10 y se dedicó a integrar Android en cacharros de TCL sacaron alguna de sus aplicaciones para dicho sistema operativo. Gracias al BlackBerry Manager de Cobalt lo pude instalar en algún dispositivo. La experiencia era muy parecida, pero no era lo mismo.
BlackBerry Blend
Cuando WhatsApp lanzó su cliente de escritorio (no estoy diciendo que fuese la primera ni la mejor, pero para mucha gente fue el primer contacto con algo parecido) a muchas personas les parecía novedoso. Poder sacar una aplicación que tanto usas del móvil y poder usarla desde otros dispositivos parecía un gran salto. La idea no era mala, pero es algo limitada en el sentido de que sólo podías controlar WhatsApp.
En la segunda mitad de 2014 (hace 6 años) BlackBerry lanzó una solución llamada BlackBerry Blend, que era algo así como la integración de tu móvil en tu ordenador o tablet. Internamente creo recordar que era un servidor nginx en la BlackBerry que escuchaba las peticiones que hacía la aplicación de escritorio/tablet. Pero la verdad que el funcionamiento era/es lo de menos. Lo importante, para mi, es que hablamos de control completo hace 6 años.
Con BlackBerry Blend podías acceder al Hub (centro de notificaciones), BBM, SMS, correo, calendario, contactos, ficheros y navegador web de trabajo desde tu ordenador. El sistema funcionaba tanto conectando la BlackBerry al otro dispositivo por USB o, simplemente, si ambos dispositivos estaban en la misma red WiFi. Por supuesto tenías que hacer una verificación en pantalla para comprobar que eras tú quien quería acceder al contenido.
En mi caso fueron correo y BBM las aplicaciones a las que más partido saqué. En esa época no era muy de clientes de correo en el portátil, así que cuando estaba fuera de casa acababa antes respondiendo a los correos desde la BlackBerry gracias a Blend. Por supuesto, las notificaciones que te llegaban al dispositivo las podías ver a través de Blend. Otra cosa que utilicé bastante era el gestor de archivos para mover ficheros de un dispositivo a otro con muchísima facilidad.
Como curiosidad, todos los dispositivos con BlackBerry 10 que probé tenían una salida microHDMI. Una vez conectabas una pantalla a esa salida podías elegir entre espejar la pantalla (mismo contenido en el móvil y la salida HDMI) o, por poner un ejemplo, extender el escritorio para estar respondiendo correos en la BlackBerry y reproduciendo un vídeo en la salida HDMI… por supuesto pudiendo ocultar las notificaciones en la pantalla externa.
BlackBerry Hub
A día de hoy creo que sigue siendo el centro de notificaciones más completo que nunca he encontrado en un sistema operativo para móviles. Podías responder directamente a las notificaciones sin abrir la aplicación, podías filtrar por leídos o no leídos con un gesto, se integraba completamente en la pantalla de bloqueo, podías personalizar si las notificaciones de cada aplicación aparecían en el apartado general o sólo en la pestaña de dicha aplicación…
Las posibilidades eran casi infinitas y, lo mejor de todo, es que funcionaba muy bien y muy rápido. Quizá demasiado. Tanto como para, a día de hoy, seguir diciendo que es el mejor centro de notificaciones que he usado hasta el momento.
Al igual que con el teclado se lanzó una versión para Android, pero nunca llegó a funcionar igual de bien. Las aplicaciones no estaban igual de integradas, a veces no tenía ese punto de agilidad con el que contaba en BlackBerry 10… Pequeños detalles que iban sumando.
BlackBerry Balance
BlackBerry fue una marca con cierto perfil ejecutivo/empresarial durante casi toda su existencia. Por supuesto que durante un tiempo mucha gente las usaba en su tiempo de ocio, pero siempre parecían estar más ligadas a la gestión de documentos o correos (no hay más que ver y entender el concepto detrás de Passport y su pantalla) que a la gestión multimedia.
Aún así estábamos en una época en la que los móviles con dual sim no tenían muy buena reputación (solían ser móviles chinos con todo lo negativo que había asociado a ello) y lo de tener 2 líneas de móvil (personal y empresarial) no estaba implementado en según que perfiles de usuarios.
Con esto en mente, desde BlackBerry lanzaron una utilidad llamada Balance, una utilidad que te permitía balancearte entre un perfil de ocio y un perfil privado en el mismo dispositivo con solo pulsar un botón.
Calendario, contactos y correo estaban totalmente separados entre los diferentes perfiles. Para los ficheros iban un paso más allá, y el contenido (ficheros o texto almacenado en el portapapeles) del espacio de trabajo no podía llevarse al espacio personal. En un paso más, era posible eliminar el contenido de cada espacio por separado sin afectar al otro espacio.
Time Shift
Aunque, como acabo de comentar, BlackBerry parecía tener un marcado perfil corporativo, no se olvidaron del apartado multimedia, llegando a implementar alguna solución curiosa como Time Shift.
La idea era bastante sencilla. Hay veces en las que hacer una foto a una sola persona se nos complica más de lo que esperamos con parpadeos involuntarios. Esto, en principio, puede ser solucionado de un modo más o menos fácil (con colaboración por parte del fotografiado) pero se puede complicar al hacer una foto de un grupo de personas.
El funcionamiento de Time Shift era bastante interesante. En lugar de una foto hacía unas 16 fotos separadas por pocos milisegundos (vamos, una ráfaga). De entrada te presentaba una foto en el medio de la secuencia y se añadía un control que te permitía moverte entre todas las fotos y seleccionar un punto de partida. Lo interesante llegaba cuando el sistema detectaba las caras que aparecían en la foto y añadía dicho control de forma individual. Así podías elegir para cada persona un momento por separado.
Otros puntos
La verdad que me dejo otras cosas bastante interesantes en el tintero como una gestión de aplicaciones en segundo plano fácil de entender (si querías que funcionase en segundo plano no la cerrabas), un aislado de aplicaciones bastante robusto, posibilidad de ejecutar aplicaciones de otros sistemas operativos en unos contenedores virtuales aislados, gran optimización de batería…
Teniendo todo eso en cuenta, la verdad es que parece mentira que hablemos de un sistema operativo lanzando hace más de 7 años (enero de 2013). Me hubiese gustado enormemente que la plataforma hubiera gozado de un mayor éxito para ver hasta donde se podía seguir evolucionando alguno de los conceptos planteados. Por desgracia esto no pudo ser y solo nos quedará algún momento de abuelo cebolleta (como esta entrada) para recordar esos viejos buenos tiempos.