Modern Love
Había escuchado muy buenas críticas de esta serie a varios usuarios de Twitter durante las últimas semanas. Al ver que los capítulos no eran demasiado grandes (rondan los 30 minutos) y aprovechando que esta temporada no estaba demasiado saturado de series me decidí a darle una oportunidad y, la verdad, creo que no ha sido una mala experiencia.
Una de las mayores dificultades de las series que no cuentan con un reparto habitual es intentar conectar con el espectador de alguna forma. Carecer de puntos de referencia que nos ayuden a enmarcar la historia y saltar de una historia a otra capítulo tras capítulo puede ser bastante caótico si no se hace de un modo correcto. Igual tratar un tema tan humano como el amor (desde diferentes puntos de vista) y conseguir, casi siempre, cerrar las historias ha podido ayudar a la serie a eliminar un poco ese posible caos.
Una de las cosas que me ha gustado de la serie es que, a pesar de ser una serie con el amor como tema principal, ha intentado escapar del concepto y fueron felices. Esto no significa que las historias no intenten acabar de un modo positivo, sino que, en ocasiones, la mejor solución para todos los implicados implica tomar caminos separados.
En Modern Love te puedes encontrar un poco de todo: personas que buscan el amor/reconocimiento paterno, personas que intentan pelear con sus demonios internos, personas que parecen haberse dado por vencidas, personas que consiguen encontrar algo en común para seguir adelante…
Realmente esta serie no inventa nada, de hecho, está basada en los relatos de historias reales aparecidos en una columna del The New York Times, y quizás es ahí donde reside parte de la gracia, en atreverse a presentar historias que nos pueden resultar más o menos familiares o cercanas sin adornarlas demasiado y dejándoles llegar al final que les corresponde.